No hay desierto que no haya caminado. No hay valle que no haya descendido en busca de él. No hay montaña que no haya ascendido para encontrarse con él. Y aunque para algunos era un caso perdido, para Dios, es una oportunidad de mostrare su amor.
y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido.”
Lucas 15:6 (Nueva Versión Internacional)
Anuncios
Etiquetas: Aprendizaje, comunidad, cristianismo, cultura, iglesia, reflexión
Responder